Con alegría, el Instituto de las Hijas de Santa Maria di Leuca y la Diócesis de Ugento-Santa Maria di Leuca anuncian que, el domingo 25 de junio de 2023, en la plaza de la Basílica-Santuario de S. Maria «de finibus terrae», Su Em.za Reverendo Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en representación del Santo Padre Francisco, proclamará beata a la venerable Madre Elisa Martínez durante el rito solemne presidido por él, que comenzará a las 9.00 horas.
El 23 de febrero de 2023, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia al Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, autorizándolo para promulgar el Decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios Elisa Martínez, Fundadora de las Hermanas “Hijas de Santa Maria di Leuca”.

El milagro consistió en la curación de una niña de la región de Marche aún en el vientre de su madre de «trombosis y oclusión calcificada completa de la arteria umbilical fetal izquierda» con «infarto placentario extenso y alteraciones de las vellosidades plurifocales como de hipoxemia», así como » retraso del crecimiento fetal intrauterino muy grave».
Se trata, por tanto, de un caso extraordinario por la evolución clínica que lo caracterizó y que resulta inexplicable al nivel de los conocimientos científicos actuales. En vida, Madre Elisa tuvo un amor de predilección por los niños y las «madres solteras». El milagro ocurrido confirma que hasta desde el cielo sigue cuidando atento a las madres y sus pequeños. ¡MADRE ELISA ES UN HIMNO A LA VIDA QUE SURGE!
Este milagro es un signo de la misericordia de Dios y es un mensaje contundente de gran actualidad para nuestro tiempo, que vive el triste fenómeno del descenso creciente de la natalidad.
La Venerable Sierva de Dios Madre Elisa Martínez nació en Galatina (Le) el 25 de marzo de 1905 de Giacomo y Francesca Rizzelli, en una familia rica y numerosa (ocho hijos) de sólidos principios morales y religiosos. Desde muy temprana edad se distinguió por un natural transporte hacia los ideales de la fe, la oración, por un particular amor en beneficio de los más indefensos y de la infancia, amor, este último, que se acentuó asistiendo a las escuelas de magisterio. En 1928 ingresó en las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor en Angers. En 1932 por motivos de salud se ve obligada a dejar el Instituto pero no por el ideal de seguir al Señor que tenía otros planes para ella. En efecto, por inspiración divina, Elisa pensó en fundar un instituto religioso y en 1934 comenzó a dar sus primeros pasos. El 20 de marzo de 1938 – al día siguiente de la solemnidad de San José, bajo cuya protección quería ponerse él y sus compañeros – con la ayuda del párroco de Miggiano (Le) inició la Pía Unión de las Hermanas de la Inmaculada, siguiendo el ejemplo de Jesús Buen Pastor que va en busca de la oveja perdida, la recoge y la devuelve al redil (Lc 15,3-5), para que salgan al encuentro de los marginados, los presos, madres solteras y se dedican a la catequesis en las parroquias ya la educación infantil. Desde el principio, a pesar de su corta edad, la Fundadora mostró un gran espíritu de maternidad hacia sus monjas, aspecto que la distinguió durante el resto de su vida, afrontando los mayores sacrificios para que ninguna de ellas careciera de nada. El 15 de agosto de 1941 el obispo de Ugento, monseñor. Giuseppe Ruotolo, erigió la Pía Unión en un Instituto de Derecho Diocesano, sugiriendo el cambio de nombre a «Hijas de Santa Maria di Leuca», en honor al mayor santuario mariano presente en la diócesis y en Salento.
Mientras su obra se expandía en varias partes de Italia en medio de sufrimientos y vicisitudes, en 1943 Madre Elisa obtuvo el gran consuelo del Decreto de Derecho Pontificio de erección de su Instituto. Mientras tanto, a lo largo de los años, el Instituto se fue extendiendo por diferentes partes del mundo, comenzando por Europa, llegando a América y al continente asiático (India, Filipinas).
Después de una larga vida enteramente gastada para mayor gloria de Dios, en honor de la Virgen María y por el bien de sus hermanos y hermanas, los más necesitados, probados como oro en el crisol por grandes sufrimientos físicos y morales, el 8 de febrero, 1991 fue al encuentro de su Divino Esposo, dejando el gran legado de 55 comunidades religiosas distribuidas en ocho países, con 600 de sus amadas hijas que difundieron su carisma: “Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40) con fidelidad inalterable.
Invitamos a todos a orar y participar en la Concelebración Eucarística. Que el ejemplo y la intercesión de la Beata Madre Elisa Martínez reavive en cada uno de nosotros el deseo de santidad.

Sor Ilaria Nicolardi, Sup. Gen.

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